¡jilguero! Que bien cantabas,
aquella tarde otonal,
perdido em un maizal,
entre mazorcas doradas.
Yo permanecia quieta;
para que no te asustaras,
escondida entre las habas
escuchando tu concierto.
Jamas oi nada igual;
ni vi a un tenor tan pequeño:
los bises eran de ensueño;
y el concierto magistral.
pero levantastes el vuelo;
hacia otra latitudes:
te perdistes entre las nubes
y yo me quité el sombrero.
Faustino Espinosa
Yo me quito el sombrero ante
ResponderEliminarFaustino Espinosa
por ser un gran poeta.